Dirección y dramaturgismo: Jimmy Daccarett | Dramaturgia: Pablo Dubott | Elenco: Lorenza Quezada, Freddy Araya, Soledad Yáñez, Nibaldo Maturana, Blanca Coloma, Andrés Escobar, Catalina Del Canto, Tomás Riveros | Asistencia de dirección: Cristina Tàpies| Coreografías: Andrés Escobar | Composición musical y songwriting: Martín de la Parra | Diseño y realización de vestuario: Daniel Bagnara | Diseño de escenografía e iluminación: Javier Pavez | Caracterización: Camilx Saavedra | Coach vocal y coros: Nicole Vial y Aylin Córdoba | Mezcla y remasterización: Dante Sena | Realización escenográfica: Amorescénico | Ayudante de caracterización: Diego Esquibel | Gráfica: Guillermo Donoso | Fotografías: Ana Carolina Alba | Comunicaciones: Claudia Palominos, Genaro Villalobos | Producción: Macarena Araya Oviedo
Un viaje musical a la memoria disidente
En Colicidio, Jimmy Daccarett ofrece un espectáculo feroz, un teatro poseído por los fantasmas de la memoria disidente. La obra nos ofrece sátira, thriller paranormal y musical noventero en un ritual de justicia a través de la performance. Colicidio es una revelación colateral de nuestro pasado, donde se emplean todas las disciplinas artísticas posibles para enfrentar la fragilidad de nuestra memoria colectiva.
La historia sigue a Brandy CeSoir, una artista trans que regresa a Chile desde Francia para abrir un bar LGBTIQ+ en plena transición a la democracia. Sin embargo, su debut se ve interrumpido por la aparición de Rita, una travesti desaparecida durante la dictadura, cuyo espíritu empieza a poseer a los personajes para desenterrar los crímenes del pasado.
La puesta en escena es un viaje al corazón de los años 90, con un diseño visual vibrante que oscila entre el melodrama de telenovela y la crudeza del realismo mágico. Los seis números musicales no solo ambientan la historia con ritmos pop y dance de la época, sino que funcionan como invocaciones, himnos de resistencia para un Chile que aún se niega a mirar de frente a las personas LGBTIQA+ desaparecidas.
A través del humor negro, la obra aborda temas polémicos como el consentimiento, la vida de las mujeres trans, la precarización laboral, la crítica al amor romántico de los 90s, el auge de nuevas agrupaciones políticas y la tercera ola feminista. Estas vivencias son potenciadas por impactantes performances y vestuarios, diseñados con una precisión que retrata con veracidad la experiencia de las comunidades cuir.
El elenco brilla con actuaciones que transitan entre la comedia afilada y la tragedia descarnada. Lorenza Quezada, en el rol de Brandy, ofrece una interpretación desgarradora, mientras que Rita, como presencia espectral, se apodera de los cuerpos disidentes de la obra. Su aparición evoca que en todas estas voces habitan los fantasmas de quienes buscan justicia y reparación.
Colicidio no solo es teatro cuir, sino un profundo viaje a nuestra memoria colectiva. Con la dramaturgia de Pablo Dubott, Daccarett construye un relato donde la memoria no se archiva: se canta, se grita y se baila. Un exorcismo colectivo que deja claro que la lucha de las disidencias no pertenece solo al pasado, sino también al presente.
Colicidio es una obra imprescindible para quienes buscan un teatro que no solo cuente historias, sino que las devuelva a la vida.